«De la experiencia de esta crisis sanitaria saldrá la puesta en valor de la necesidad de disfrutar de unas buenas prestaciones en nuestra vivienda». El gerente de El Sol Grupo, Cristian García Pastrana, uno de los principales analistas del sector inmobiliario gijonés con su herramienta de Big Data, desvela que pese a estar todo parado se «está reactivando ya una demanda contenida, con capacidad de adquisición en determinados nichos de mercado, como chalés, parcelas y viviendas con terrazas».
Como le ha pasado a todos los profesionales con agencias de intermediación de la ciudad, la crisis del coronavirus le ha obligado a hacer un alto en el camino, que le ha permitido desde su confinamiento hacer un exhaustivo análisis DAFO (debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) de la actual situación.
García Pastrana defiende que es momento de tomar decisiones ya en el mercado inmobiliario: «No es momento de estrategia, sino de contingencia. Hay que pasar esos meses a corto plazo consiguiendo mantener la mayor liquidez posible». Explica que la oferta está esperando a ver cómo se lleva a cabo la desescalada de este confinamiento y cómo reacciona la demanda una vez se reactive el mercado. «Los expertos hablan de cuatro meses de contingencia. Un año para recuperar la actividad que teníamos hace dos meses y dos años para superar completamente esta etapa y olvidarnos», enumera.
Pronostica que la tendencia es «volver a un mercado de nichos, en que habrá que hilar muy fino, analizar y estudiar la información de mercado y métricas». Asegura que habrá nichos menos perjudicados como los de viviendas premium (pisos de lujo), viviendas unifamiliares, terrenos y pisos con terraza, que mantendrán su valor porque la demanda latente se concentrará en la adquisición de esos activos con buenas prestaciones. El problema, añade, vendrá con el producto medio/bajo, que «sufrirá una contracción de la demanda importante y es donde se concentrará la mayor caída de precios».
Respecto al mercado local del alquiler, avanza que la demanda ya se ha reactivado a niveles del 50-60% previos a decretarse el estado de alarma y que se dinamizará de manera rápida cuando se reabra la actividad. «Pero, ojo, no se prevé aumento ni rebaja consolidada de precios, ya que habrá movimiento interno entre oferta y demanda», anota.
Da por hecha una fuerte autorregulación de su sector como sucedió en la crisis financiera precedente: «Vuelve a ser un filtro para el mercado, llevándose por delante la baja profesionalidad y, por desgracia en algunos casos, a gente competente a la que le ha cogido en una posición de liquidez complicada».