La fachada es una obra del arquitecto asturiano Mariano Marín de 1908. Un hombre que dio un aire de modernismo a la ciudad después de la postguerra. Las galerías de madera presentes en el exterior son la antesala de unas viviendas únicas en las que la madera adquiere protagonismo junto al color blanco para conformar espacios acogedores y agradables.

Esta obra nueva marcada por la gran luminosidad de sus viviendas y los extraordinarios acabados de alta gama, esconde en su interior hogares de uno, dos, tres y hasta cuatro dormitorios.

Uno de los mejores edificios de Gijón recibe a sus residentes con un espectacular cortavientos de madera recuperado para contribuir a una gran acogida. Se conservaba completamente desmontado y sobre él se realizó un minucioso trabajo de restauración con un resultado de extraordinaria calidad. No es el único elemento que se mantiene del pasado. Cuatro antiguos pilares de fundición también forman parte del diseño interior como memoria del espíritu del pasado siglo.